Una novela no existe, de alguna manera, hasta que uno no la ve en una librería, fuera de casa, libre e independiente, viviendo su propia vida. Hoy he visto mi novela "Última noche en Granada" en el escaparate de la "Librería Atlántida", en Granada, y he pensado que ha empezado a vivir, que ya no me pertenece sino parcialmente, que es mía pero también de todo lector que se acerque a ella y la lea.