Me alegra que cada vez haya más mujeres escritoras de novela negra. Gracias a ellas es más fácil que se integren en el género perspectivas e historias que los escritores duros orillaron para no parecer blandos. Si el cine nos ha dado inolvidables historias que eran mitad negras y mitad de amor, la novela aún no ha incidido demasiado en eso: amor y muerte, ya se sabe, van cogidos de la mano muy a menudo. Fijémonos si no en la cruda realidad, en la violencia de género, con hombres que han amado a mujeres y que más tarde las matan. Marcia Muller publicó esta novela en 1984 y la protagoniza su detective Sharon McCone, que investiga el caso de una mujer desaparecida. La facilidad narrativa, plástica, y la limpieza con que narra y nos mueve por la historia es el primer punto a su favor. Y las descripciones el segundo: "El pelo negro, severamente peinado hacia atrás, acentuaba su prominente nariz y el marcado avance de la barbilla. No era una cara bonita, sino autoritaria." Y sus opiniones el tercero: " Aquél era el último de los establecimientos chic que estaban invadiendo la zona y amenazaban con transformar el ambiente sencillo y afable de clase trabajadora del barrio. Ellen T era toda una institución que habría lamentado que se perdiera. No obstante, estaba casi segura de que mientras continuaran al frente Ellen y Stanley Tortelli seguiría siendo la misma taberna acogedora en la que se dispensaba buena comida, buena bebida y, de tanto en tanto, buenos consejos."