Eugenio Fuentes: Venas de nieve


Qué decepcionante es esta novela, qué paso atrás en una carrera. Eugenio Fuentes se equivoca con este melodrama en el que da rienda suelta a todo lo que un escritor de su talento ha de evitar. La narración ya es equivocadamente transparente, leve, con una descripción de las cosas y de los personajes que nunca es creíble ni supera un listón que el propio autor ha de tener muy claro que rebasó hace muchísimo tiempo. Da la sensación de ser la novela de un principiante, no digo más. Con un primer párrafo efectista y que crea unas expectativas falsas, una historia de hijo enfermo y de un padre -que no sabe que es el padre-en paradero desconocido que ha estado cerca de asuntos de actualidad, como la inmigración, y una manera de enfrentar los hechos con unas frases que no son propias de este gran escritor y quieren resolverlo todo mendiante la galanura de una prosa y unos párrafos para recortar que parecen propios del cine de sobremesa, de los telefilmes de media tarde, Fuentes tira por la borda la confianza que algunos habíamos puesto en él y se borra de la nómina de autores imprescindibles al confundir sentimiento con sentimentalismo, realidad con deseo, al abandonar el rigor e instalarse en la autocomplacencia y en el oportunismo nada oportuno, pues si bien temas como el maltrato están pidiendo a gritos escritores que los traten en sus novelas también debo decir que el acercamiento superficial y algo demagógico a un tema no hace sino enfriar más al receptor y nunca cambia las cosas, se convierte en letra muerta, en papel mojado. Un pena por partida doble. La de este escritor al equivocarse tan estrepitosamente y la de quienes podrían haberle aconsejado tirar por otro lado, ir más al fondo, no conformarse con plantear y no resolver las cuestiones apelando sólo al sentimiento. "Venas de nieve" es una novela que se olvida fácilmente, que no incomoda, que no da que pensar. Y eso es lo peor que puede ocurrirle a una obra que se pretendía valiente, decidida, honda y comprometida.