Eugenio Fuentes: "Cuerpo a cuerpo" (2). Personajes tan creíbles.

Eugenio Fuentes es uno de los autores españoles que mejor bucea en la psicología de los personajes, que mejor ahonda en sus miedos y deseos. No hay personajes superfluos en sus novelas, no hay actos sin justificar, no hay acción dada al fácil entretenimiento. Con los materiales tradicionales de la novela policíaca, Fuentes cuenta historias desde dentro de los personajes, nos hace viajar y avanzar con ellos en la historia caracterizándolos –insisto- como pocos. Deudor de la mejor literatura realista, Fuentes narra en “Cuerpo a cuerpo” cómo el detective Cupido entra en la vida de varias personas que están relacionadas con un crimen, pero no nos seduce el escritor utilizando trucos sino poniendo ante nuestra mirada a seres perfectamente reales y creíbles. Un militar – el padre de Marina, la mujer a la que observaba Samuel desde su ventana – muere y el juez cierra el caso decretando que no hubo más culpable que el propio muerto: suicidio. Pero ni el carácter ni la manera de vivir, ni las ilusiones ni el comportamiento último del militar apuntaban a tan increíble final, y Marina, la hija, contrata a Cupido para que aclare qué pasó en verdad. Fuentes mueve entonces el abanico ante nuestros ojos y narra pegado a cada personaje, no desde la mirada del detective, sino desde los ojos de cada implicado. El sistema es efectivo, y el recorrido que hacemos, jalonado de detalles en los que los temas más actuales están presentes no por casualidad y no sin brillantez, se convierte en apasionante. Sabemos más de las preocupaciones de los militares que se hallan en la encrucijada de elegir entre seguir con la mirada nostálgica o resolver adaptarse a los tiempos, de los médicos anestesistas que pierden a algún paciente y eso les cuesta estar cuatro años sin empleo y casi sin vida, de los hombres que llevan empresas como si anduvieran por el filo de una cornisa con una sonrisa permanente en la boca para seducir a los que miran desde abajo, fascinados y aterrados a la vez. Uno quizá sea un asesino. Todos serán nuestros amigos mientras leemos esta inteligente novela.