Ross Macdonald: El blanco móvil (7). Las secuelas de la guerra.

Inteligente, Ross Macdonald hizo con esta novela una crónica de la posguerra. La mejor novela negra alberga un realismo vivificante dentro, es un testimonio a la vez que una creación. Esta obra maestra no lo pasó por alto. Los personajes están marcados por la guerra que acabó tres o cuatro años antes. "Ahora que el revólver estaba en su mano, preparado para la violencia, su cara se había suavizado y estaba relajada. Era la cara de una nueva clase de hombre, calmado y sin miedo, porque no le concede valor especial alguno a la vida humana. Aniñado y más bien inocente, porque puede hacer el mal casi sin saberlo. Era de esa clase de hombres que ha crecido y se ha encontrado a sí mismo en la guerra." "No conoces a ese tipo de hombre como yo - dijo Graves-. He visto que lo mismo les ha sucedido a otros muchachos. No hasta semejante extremo, por supuesto, pero lo mismo. Salían del colegio secuandario e ingresaban en el ejército o en la fuerza aérea y les iba muy bien. Eran oficiales y caballeros con un sueldo alto, y una más alta opinión sobre ellos mismos, y todo el éxito que necesitaban para mantener la vanidad hinchada. La guerra era su elemento, y cuando la guerra terminó, ellos también terminaron. Tuvieron que volver a trabajos civiles y a aceptar las órdenes de otros civiles de edad mediana. Con la estilográfica en la mano o la máquina de sumar en lugar de encontrarse en un ataque aéreo o con un arma. Algunos de ellos no pudieron resistirlo y tomaron el mal camino. Pensaron que el mundo era su caparazón y no podían comprender cómo se lo habían arrancado. Quisieron arrebatarlo a su vez. Quisieron ser libres y felices y laureados, sin fundamento alguno para la libertad o la felicidad o el éxito. Y ahí tienes su manera de sobresalir. - Miró hacia el cadáver que yacía en el suelo."