Inteligente, Ross Macdonald hizo con esta novela una crónica de la posguerra. La mejor novela negra alberga un realismo vivificante dentro, es un testimonio a la vez que una creación. Esta obra maestra no lo pasó por alto. Los personajes están marcados por la guerra que acabó tres o cuatro años antes. "Ahora que el revólver estaba en su mano, preparado para la violencia, su cara se había suavizado y estaba relajada. Era la cara de una nueva clase de hombre, calmado y sin miedo, porque no le concede valor especial alguno a la vida humana. Aniñado y más bien inocente, porque puede hacer el mal casi sin saberlo. Era de esa clase de hombres que ha crecido y se ha encontrado a sí mismo en la guerra." "No conoces a ese tipo de hombre como yo - dijo Graves-. He visto que lo mismo les ha sucedido a otros muchachos. No hasta semejante extremo, por supuesto, pero lo mismo. Salían del colegio secuandario e ingresaban en el ejército o en la fuerza aérea y les iba muy bien. Eran oficiales y caballeros con un sueldo alto, y una más alta opinión sobre ellos mismos, y todo el éxito que necesitaban para mantener la vanidad hinchada. La guerra era su elemento, y cuando la guerra terminó, ellos también terminaron. Tuvieron que volver a trabajos civiles y a aceptar las órdenes de otros civiles de edad mediana. Con la estilográfica en la mano o la máquina de sumar en lugar de encontrarse en un ataque aéreo o con un arma. Algunos de ellos no pudieron resistirlo y tomaron el mal camino. Pensaron que el mundo era su caparazón y no podían comprender cómo se lo habían arrancado. Quisieron arrebatarlo a su vez. Quisieron ser libres y felices y laureados, sin fundamento alguno para la libertad o la felicidad o el éxito. Y ahí tienes su manera de sobresalir. - Miró hacia el cadáver que yacía en el suelo."