Viajan Archer y la hija del magnate desaparecido ascendiendo una ladera que les lleva a una alta montaña y mientras dialogan. Archer le confiesa que aprieta el acelerador porque le gusta sentir algo de riesgo, aunque controlado. Y luego le pregunta a la chica si le gusta conducir rápido también. Ella le dice que por ese mismo empinado y difícil camino ha ido a ciento sesenta. "Lo hago cuando me aburro. Finjo ante mí misma que encontraré algo... algo absolutamente nuevo. Algo desnudo y brillante, un blanco móvil en el camino." Archer le replica: "Encontrará algo nuevo si lo hace con frecuencia. La cabeza destrozada y el olvido." Ella se enfada: "¡Maldito sea! - gritó.- Decía usted que le gustaba el peligro, pero es tan apocado como Bert Graves." Éste es el abogado que ha metido a Archer en el caso, tiene cuarenta años y en cada gesto demuestra un excesivo amor por la muchacha siempre que coinciden en algún sitio. "Lamento haberla asustado. " "¿Asustarme? - Su breve risa se adelgazó y quebró como el grito de un ave marina.- Todos ustedes, hombres, todavía se adhieren al estilo victoriano. Me imagino que usted también cree que el lugar de la mujer es el hogar, ¿no?" Archer, separado, le contesta que no. Luego siguen camino en silencio.