P. D. James: "No apto para mujeres" (8). Descanse en paz

Cordelia habla con los amigos del suicida, va a una fiesta que organizan ellos para adentrarse aún más en sus ambientes y luego sigue una pista que la lleva hasta una viuda que está en el cementerio, limpiando de malas hierbas la tumba de su esposo. En la inscripción de la lápida aparece escrito el nombre del muerto, la fecha de defunción y también esa frase común en las lápidas de difuntos que abrazaron la fe católica. Y P. D. James introduce una meditación muy interesante: "Descanse en paz, el epitafio más corriente entre una generación para la cual el descanso debía de parecer el último lujo, la suprema bendición." Esto lo apunta la voz narradora de tercera persona, pero sabemos que atendiendo a la mirada de Cordelia, a su juventud, a su manera de ver las cosas una generación posterior y en tránsito hacia otras costumbres y otro tipo de epitafios. En nuestra sociedad, tan llena de contradicciones, con muertos en los telediarios que aparecen desmembrados, ensangrentados, con todo lujo de detalles, y en cambio trata asépticamente la muerte cotidiana, en la que mandan y dirigen las personas de la generación de Cordelia, las frases de despedida acaso sean parecidas pero está claro que las vidas de los que han de morir son en muchos aspectos muy diferentes, más aceleradas, menos intensas, y el fin último acaso no sea ya lograr el mismo descanso eterno, porque asociamos las pausas con la muerte y vivimos - nos hacen vivir - a ritmo de videoclip. Acaso el epitafio sea el mismo, pero las vidas han transcurrido sin duda a otro ritmo.