Es inglés, vive en una granja apartada, en Portugal, pero como la novela se desarrolla en Sevilla no duda Wilson en hablar de la actualidad española. Presenta en las primeras páginas a los personajes con caracterizaciones claras, muy definitorias, y así nos encontramos con un político que ha pertenecido al Partido Popular pero "lo había abandonado furioso ante la imposibilidad de conseguir que nada cambiara" y se ha unido, como relaciones públicas, a otro partido de derechas, más pequeño, llamado Fuerza Andalucía. Las amistades de este hombre, cuñado del inspector Falcón, se quejan de que se ha maltratado a unos buenos políticos tras el 11-M, se les ha dado una patada inmerecida y se les ha apartado del gobierno injustamente. También creen que al país le vendría bien volver a tener una dictadura benévola. Buen oído el de Wilson, inglés, habitante de una granja portuguesa pero atento a lo que sucede en España. En estas presentaciones de los personajes -sin marcarlos, sin menospreciarlos, con una mirada atenta y unos oídos muy abiertos asistimos a la descripción de una clase social adinerada, que no es extraña en Sevilla y que vive gozosa, con las ideas muy claras, muy asentadas, desde antiguo: un juez, una rica heredera, una restauradora, un inspector jefe de buena familia. Y Wilson procede a contarnos cosas de la realidad reciente, las que se dicen y se sienten y se expresan no siempre en voz baja ni en privado, las que resulta tan difícil insertar en una historia de ficción.
(Foto: Gustavo Rodríguez. Más fotos se pueden ver en: http://gedlc.ulpgc.es/~gustavo/viajes/viajes.htm)