Diario de un cineasta indignado ( 1 )

Me indigna que se masacren las películas con cortes de veinte minutos. Me indigna que se corten los títulos de crédito finales: como si le cortaras la firma a un cuadro y lo expusieras en un 90% solamente. Me indigna que los comentaristas de televisión de los periódicos no se estretengan comentando lo bueno y gasten papel comentando las chorradas de los programas basura. Me indigna que los trailers de muchas películas cuenten casi todo el argumento: como si la emoción sólo residiera luego, al verla, en ir encajando las escenas del propio trailer. Me indigna que en los canales de pago corten las series dos o tres veces para emitir autopublicidad: como si algunas series no fueran tan buenas como muchas películas. Me indigna que los canales pongan un logotipo de su marca y manchen la imagen: ¿ lo harían con un cuadro, en el Prado?: y sólo lo hacen en las películas: el logotipo desaparece al empezar los anuncios: ¿son los anunciantes los dueños de las cadenas de televisión? Me indigna que se gaste el dinero público en peliculitas de acción que por venir de los Estados Unidos llaman cine, cuando no son más que auténtica basura. Me indigna que no se indigne más gente, que se quejen tan poquitos, que no nos atrevamos a llamar basura a lo que es basura y arte a lo que es arte, como si el posmodernismo todo lo homogeneizara definitivamente y ya no hubiera lugar para la queja, la discusión, y sólo para programas como el de Garci, laudatorios de una película, y no para otros en que se debata de verdad sobre el cine. Me indigna que haya tanto lugar común cuando se habla de cine.