Ross Macdonald: El caso Galton

"Una mujer de unos sesenta años me atendió. Sus cabellos eran blancoazulados y su rostro ostentaba una expresión que no suele verse: el aspecto de una mujer satisfecha" (página 68, Bruguera, Libro Amigo, 1985). Amigos, la vigencia de la buena literatura es absoluta y, a diferencia de lo que ocurre con ciertos crímenes, jamás prescribe. Ross Macdonald es el autor que prefiero en la novela negra y estimo que es el mejor escritor que ha dado la misma. Y hablo de saber escribir, de saber describir, de hacer literatura que se pueda comparar con la de cualquier autor del género y de fuera de él. El mejor estilista, el mejor prosista de la novela negra -aún no superado- es Macdonald. También el mejor cultivador de la tendencia psicológica, el que mejor profundizaba en la intimidad de los personajes, de las personas.
Os lo planteo como un pequeño ejercicio. Oíd vuestra voz interior. Os habla una voz, ¿verdad? Una voz en primera persona que cuando ve a una mujer guapa no os dice tan sólo: bellas piernas, bellos labios. No, ¿verdad? Ésa es vuestra verdadera voz íntima. Entráis en una casa desconocida y os dice: Qué pasillo tan estrecho, qué mal huele. Sigue siendo la misma voz. Esa voz que sois vosotros mismos, sin censuras. Veis una cara y pensáis/os decís: Qué ojos tan profundos, ¿por qué me miran con desconfianza? Reencontráis a un amigo y la voz os dice: Cómo ha cambiado, está más gordo, yo no he engordado tanto, está peor que yo. Quizá en voz alta digáis otra cosa, pero la voz íntima no desea mentiros. Bien: eso aparece en las novelas de Macdonald, esos apuntes de realidad se palpan en mejores páginas, en las páginas inolvidables de Ross Macdonald.