Afirman algunos escritores de novela negra que - como trata el asunto criminal -, un antecedente claro es esta obra de Dostoievski, pues hay un asesino y un asesinato y la trama gira alrededor de esos dos componentes. Lo cierto es que les vendría bien a los autores, en su etapa de formación, leer "Crimen y castigo", porque sus descripciones y su profundidad psicológica son un aprendizaje fundamental. En tiempos en que la novela ha olvidado la descripción, una de sus bases fundamentales, vamos a recuperar una de este maestro que es, sencillamente, ejemplar: "La llegada de los dos hombres le pasó desapercibida: al parecer no veía ni oía nada, presa de una especie de enajenación. El aire del cuarto era sofocante, pero ella no había abierto la ventana. De la escalera llegaba un olor hediondo, sin embargo la puerta que daba al descansillo no estaba cerrada. Por la otra puerta, la de acceso al resto de la casa, se introducía un nube de humo de tabaco que la hacía toser, mas tampoco cerraba aquella puerta. La niña más pequeña, de unos seis años, dormía medio sentada en el suelo, acurrucada y con la cabeza apoyada en el sofá. El chico, que tendría un año más, lloraba tembloroso en un rincón. Lo más probable era que acabaran de golpearle. La mayor, una niña de unos nueve años, alta y finita, que llevaba por toda vestimenta una camisa tazada y rota y, sobre los hombros desnudos, una vieja capita de paño que debían de haberle hecho al menos dos años antes ya que ahora no le llegaba ni a las rodillas, estaba en el rincón, junto a su hermano pequeño, rodeándole el cuello con un brazo seco como un sarmiento. Seguramente trataba de calmarlo diciéndole algo al oído y procurando que dejara de llorar, al mismo tiempo que sus inmensos ojos negros - más grandes aún en su carita demacrada y asustada - observaban con temor a la madre. " Es un cuadro, ni más ni menos, un cuadro pintado con palabras y con una fuerza que se instala en la memoria de manera fácil y permanente.