La primera persona en la novela negra parece fundamental. Ayuda a crear la perspectiva y su tono confesional aproxima al lector a lo narrado, le inmiscuye y le hace sentir. Robotham la utiliza con inteligencia: " No sé por qué la gente sigue ofreciéndose para ayudarme. Deberían de apartarse de mí a kilómetros. Ali dice que yo inspiro lealtad, pero me parece que estoy aceptando favores que no voy a poder pagar nunca. No soy un ser humano perfecto. Soy cínico y pesimista, y a veces me siento como si estuviera atrapado en esta vida por un accidente de nacimiento. Mas en momentos como éste, un acto aleatorio de bondad o el contacto con otro ser humano me hace creer que puedo ser diferente, mejor, que puedo redimirme."