Una buena novela precisa de una historia subyugante, que conforma la parte principal de la trama, y también de fragmentos que la habiten y la llenen de pequeñas vidas, de hitos en el camino que se pueden leer y releer siempre, sueltos, independientes. " Siguiendo mis consejos, se había apuntado a una sala de boxeo, en Saint-Louis. La llevaba Georges Mavros, un viejo amigo mío. Fue una joven promesa después de ganar algunos combates. Depués tuvo que decidir entre la mujer a la que amaba y el boxeo. Se casó. Se hizo camionero. Cuando se enteró de que su mujer se acostaba con todo el mundo en cuanto se iba de viaje, vendió lo que tenía y abrió la sala". Conciso, certero, una breve y cabal descripción de la vida de una persona. Habrá más hechos, derivaciones, momentos, días y noches, pero el hilo principal se sintetiza acertadamente en 8 líneas.