"Adiós, muñeca", la película

Es curioso que detrás de la violencia, los tipos duros, las gabardinas cerradas, los automóviles, los tiroteos del cine negro haya una historia de amor. Estudiosos de Chandler dicen que hay un aliento romántico en sus novelas, que Marlowe es un personaje del siglo XIX puesto en el XX, vestido con traje y con un revólver en un bolsillo. Esto, que parece un disparate, nos da una pista para entender la novela y la película. Que elijan a Robert Mitchum me parece muy acertado: tras su rudeza puede haber unos sentimientos y unos gestos que revelan un alma diferente, la de un caballero andante, la de un romántico que aún cree en el amor. ¿Por qué, si no, ayuda a un ex convicto a encontrar a su chica? ¿Por la mísera paga de 50 dólares? Claro que no. Marlowe arriesga su vida porque acaso no viva con ninguna mujer una maravillosa historia de amor, pero innegablemente sigue creyendo en el poder del amor y en el efecto beneficioso que produce en los que se aman. Llega hasta el final, hasta saber quién es Velma, la amada del ex convicto, hasta lograr reunirlos: entonces la dura realidad del dinero y el poder se muestran en su esplendor y la amada mata al antiguo amado porque detesta su pasado con él y ama el dinero, el poder que ha conseguido casándose con un viejo juez que le tolera cuanto hace sólo por tenerla a su lado - un amor desesperado, terminal, un amor en el que se da todo y se espera muy poco -. Marlowe, para defenderse, mata a Velma y la película llega a su triste conclusión: el amor no resiste el paso del tiempo, no se mantiene apartado de la corrupción, el gran tema de las novelas de Raymond Chandler: todo se corrompe, hasta lo más puro, porque vivimos en un mundo corrupto, en una sociedad que se alimenta y nos alimenta de corrupción: esa corrupción que es sinónimo de echado a perder, de falso, de falto de lealtad, de pureza, esa pureza en la que Chandler creía, romántico él. Queda sólo una posibilidad: ayudar al inocente, al niño cuyo padre han matado para que no se descubriera la nueva identidad de Velma, y Marlowe va a darle el dinero que le ha cobrado a un mafioso, las ganancias que ha obtenido con este caso que le deja una vez más triste, solitario y final.