Robert Wilson: Condenados al silencio ( 4 )

¿Por qué defiendo novelas con apariencia de best seller, me preguntaba el otro día un amigo? Las de John Connolly, ésta de Robert Wilson. Tú, que detestas los best sellers, una contradicción, ¿no, Paco? - me dijo mi amigo. Y yo le contesté que las novelas están hechas de fragmentos, que hay pocas novelas que se recuerden enteras, con todo su argumento, y que el resto nos dejan piezas sueltas en la memoria. Esas pocas que han basado su fuerza y poder en el argumento no se olvidan tampoco, casi siempre le deben los mayores aciertos a la creación de un personaje inolvidable, característico, paradigmático, y sus aventuras lo rodean y lo conforman y se vuelven todo uno. Pero el resto de novelas tiene pequeñas historias, está construido de modo fragmentado y después de que se nos olvide el argumento aún siguen vivas en nuestra memoria ciertas anécdotas, frases, palabras. En "Condenados al silencio " hay una pequeña historia que se aloja en la memoria y se queda ahí, viva y palpitante, real. Un muchacho drogadicto revela que se volcó en la droga - su vida y su futuro - para acallar su voz interior, sus recuerdos, en los que hay un padre violador y un primo al que no le advirtió que el tío era un violador para que se alejase de él y no cayera en sus garras - detesto las frases hechas, pero qué definitoria es ésta y qué conveniente -, no le hiciera lo que a él le estuvo haciendo hasta los doce años. Una pequeña historia que ha podido suceder y que, tristemente, seguro que le ha ocurrido a alguien. Que Wilson la inserte en su novela, la utilice para caracterizar a un perdedor y a un paria de nuestra actual sociedad como es un drogadicto cuenta con mi admiración y mi reconocimiento. Le dije a mi amigo que un best seller, como yo lo entiendo, es un producto prefabricado que da más de lo mismo y en las dosis medidas y establecidas. Wilson no ha escrito un best seller: esta historia no está medida ni dada para el gusto de todos, no es políticamente correcta, no es un producto manufacturado y pensado para su venta en serie. Es una novela para disfrutar, pero también para meditar. Es un producto, sí, pero necesario.