Michael Connelly: El vuelo del ángel ( 4 )

"Mientras atravesaba Laurel Canyon no dejó de pensar en el hombre que había visto en el vestidor y en los desesperados intentos de éste por ocultar sus rostro para que no descubrieran su identidad. Después de tantos años de trabajar en homicidios, a Bosch ya no le sorprendían los horrores que unas personas perpetraban contra otras. Pero los horrores que algunos se reservaban para sí mismos, eso era otra historia".
Lo cual me lleva a pensar en los suicidas, en los que aman el dolor - masoquistas, como el personaje al que está dedicado el párrafo de arriba -, en los que aman lo negro. Esa estética y ese deseo de vivir en lo oscuro, lo dañino, es muy propia también de nuestra deshumanizada época, en que los valores humanos no cotizan sino a la baja. La peor enfermedad que acecha al hombre, y que seguramente lo horrorizará en el presente siglo, es la depresión. Cosificados, reducidos a números, los hombres sufren y cuando no vuelven su ira contra el prójimo, la vuelven contra sí mismos. Esa horrible ira, destructiva y terrible del que se mata y quiere dejar un mensaje claro que advierte de que le hemos tratado mal, irreparablemente mal.