Robert B. Parker: Ceremonia ( 2 ). Prostitutas.

Conocemos algunas razones que llevan a determinadas mujeres a convertirse en prostitutas. Pero conocemos pocas razones que hacen que una mujer no abandone la prostitución y decida seguir en ella voluntariamente. En una conversación entre Spenser y Susan, piensan en voz alta y se dicen lo que se les ocurre tratando de entender por qué una chica de dieciséis años no quiere dejar de ser prostituta. Dice ella que a la chica lo que hace le vale para sentirse algo, aunque sólo sea una cosa. Por supuesto, se trata de un proceso deshumanizador. Y añade: " Pero quizá esa deshumanización es una especie de sedante para alguien que se odia a sí misma. Es una forma de desensibilizarse y, al mismo tiempo, todas las experiencias de una le dicen que el resto del mundo también es bastante siniestro." Lo cual la lleva a creer que no es tan mala, apunta Spenser. " De manera que a lo mejor una está mejor así", concluye Susan, que es psicóloga. Y yo, lector, cierro el libro por unos minutos, paseo, me digo que quizá tengan razón, quizá nunca me había planteado que a una chiquilla que se prostituye pudiera pasarle esto y no quisiera abandonar tan sórdido mundo porque sus sentimientos, miedos y anhelos recorren el camino del que hablan Susan y Spenser . Y sigo pensando durante un rato.