Miguel Mena: "Días sin tregua" ( y 10 )

Se merece este libro las diez entradas porque es una novela de gran valor, bien estructurada, mejor escrita. Abordar una época convulsa no es fácil, tomar partido y señalar al enemigo no es fácil, crear personajes creíbles de esa época no es fácil. Por un lado está el secuestro de Enrique Castro, "Quini", futbolista del Barça. Le vemos encerrado en un lugar estrecho, maloliente, desagradable, donde sufre sin poder ser más que algo parecido a un persona. Por otro lado están los secuestradores, sin nombre, a los que vemos cerca de Quini siempre, planeando o llevándole alguna cosa, innominados porque son sólo secuestradores hasta el final, cuando nos enteramos de qué profesiones tenían, qué les había impulsado a planear y llevar a cabo un secuestro: explicación convincente que también refleja el sentir de la época ( o, mejor, el padecer de la época). Por otro, el policía que participa en la investigación, creíble, nada heróico, muy bien caracterizado con su talante y su mentalidad abiertos pero que cae en contradicciones que le impulsan a cometer actos violentos. Nada es casual en la novela, nada sobra. Los momentos en que un narrador de tercera persona cuenta lo que no ha visto el policía están perfectamente engarzados, esta otra voz es fundamental en el avance de la historia. Recordar a los muertos de ETA, el golpe de estado de Tejero, lo que se cocía entre los militares, lo que se vivía en las comisarías de policía e integrarlo todo en una sola historia no era nada fácil, porque la selección de material, la elección del punto de vista, la manera de presentar los hechos para provocar unas u otras emociones ponen a la vista de inmediato la pericia del escritor, los mimbres con que se ha construido la trama. Mena ha utilizado todos los materiales de forma soberbia, ejemplar, y creo que "Días sin tregua" se merece el reconocimiento que sólo premios como el de la Crítica o el Nacional pueden otorgar. Esta novela perdurará, es una joya, un manual para jóvenes escritores, un clásico instantáneo de la novela negra española, a la altura de las que dedica a su personaje Toni Romano el autor que sin duda mejor ha hincado los dientes en esa época llamada de la transición: Juan Madrid. Estamos de enhorabuena. Estamos ante una de las mejores novelas del año.