Nada como volver la vista atrás para recuperar la perspectiva. Nada como volver a leer a los maestros para recordar de qué va esto. Estudia Arias la obra maestra de Raymond Chandler e inserta un texto del autor: "Me propuse probar que estaban equivocados. Mi teoría era que los lectores sólo se imaginaban que les interesaba únicamente la acción; que, en realidad, aunque no lo sabían, la acción les importaba muy poco. Lo que les gustaba, igual que a mí, era la creación de emociones a través de la descripción y el diálogo". Lo que lleva a Arias a afirmar que " Esto explica que el desarrollo de las tramas en la novelística de Chandler no sea lo más conseguido, por no ser lo pretendido...en comparación con la porfía en resaltar matices psicológicos o en redondear ácidas reflexiones sobre la condición humana". Bueno, un vaso de agua limpia y fresca.