Hay que destacar también la capacidad que tienen muchas escritoras para los detalles: su visión parece ser más amplia y profunda que la de muchos escritores varones. Compton tiene esa capacidad y otra también muy destacable: la de intercalar pequeñas historias en la novela que la hacen más amena y más completa a la vez. Son casos que ha vivido o le han contado a la detective Pribek. Os transcribo: " Una vez me contaron que una mujer viuda, un mes después de que su marido muriera en accidente de coche, había empezado a consolarse con una fantasía. La fantasía era que su marido no había muerto, sino que la había dejado y se había mudado a otra región del país. Por aquel entonces no me había parecido que pensar en aquello antes de dormirse tuviera que suponerle un consuelo, pero ahora lo comprendía perfectamente. El amor de esa mujer había sido incondicional; sólo deseaba que su marido se encontrara sano y salvo, con o sin ella". Ahora que ella busca a su marido, que teme que su marido esté muerto, comprende ciertas cosas que antes sólo juzgaba desde fuera, como nos ocurre a todos. Amigos, en la novela negra y en el cine negro hay un lugar importante para historias como ésta. Para historias de amor.