Hablaba Alicia en su blog, Atravieso el espejo, hace un tiempo de la transición. Dejamos allí mensajes muchos de sus lectores. El tema aún preocupa. Marsé lo aborda en su novela -más interesante cuanto más lees- cuando el policía, que está apartado del servicio, visita a un rico doctor que quiere contratarle como escolta para su esposa, diputada. El hombre, amigo del padre de Raúl, tiene ganas de conversar, dice: " ¿No cree usted que los hombres como su padre son dignos de admiración?...¿No cree que supieron aceptar la transición política sin ánimo revanchista, y que eso tiene mérito? Perdieron la dignidad de la derrota, es cierto, pero ganaron la libertad del olvido". Marsé, de izquierdas, plantea temas y los deja ahí, vivitos y coleando, para que pensemos en ellos. La dignidad de la derrota, la libertad del olvido. Qué conceptos. Qué palabras en la boca de un rico y vencedor. La dignidad del olvido y la libertad de la derrota, diría yo, cambiando un poco las palabras. ¿Por qué será que en nuestro país el vencedor siempre quiere reírse del vencido, por qué necesita, además de la victoria, su humillación?