Insisto en que no creo que la novela negra tenga que obedecer forzosamente unas reglas. En "Días difíciles", de Miguel Mena, no hay ningún asesinato, ningún tiroteo, pero el ambiente y la trama tienen que ver con la novela negra. Tampoco en " 37 horas" se investiga un asesinato ni hay tiroteos. Se trata de una investigación de otra clase: la que realiza una policía para encontrar a un desaparecido. Compton no carga las tintas incluyendo cadáveres ni misterios secundarios que aporten emoción e irrealidad a la historia. El interés es humano: saber por qué su marido ha desaparecido sin dejar rastro en un momento en que aparentaba ser feliz, tener planeado su futuro, estar seguro de que amaba a su esposa. La investigación lleva a la detective Pribek donde menos se lo esperaba: al corazón de la familia de su marido, para ella totalmente desconocida. Y ese ir de un lado para el otro, buscando pistas, hallando fotos de la niñez y adolescencia de su marido, conversando con sus hermanos, que le dicen que se comportaba de tal manera cuando era un chaval, tenía tal carácter de joven, es tan emocionante como ir detrás de un asesino que deja pistas para que el detective las vea y le encuentre.