Le ayuda en la búsqueda de la chica desaparecida la profesora. Ella habla y habla, él no le presta apenas atención, pero la utiliza para que lo acompañe a ver gente, a hacer preguntas. Visitan un albergue y Quirós le atiza a un muchacho engreído. Ella se lo reprocha y le habla de su experiencia con los jóvenes de ahora. " El mundo en que viven es terrible, los aísla, ellos buscan una identidad. Los grupos fanáticos se la ofrecen bajo cualquier tipo de bandera. Por ejemplo, esos cabezas rapadas del albergue. Adoptan un disfraz para creerse alguien. Necesitan reafirmarse, hacerse notar. Y lo hacen violentamente, porque quieren recibir una recompensa rápida. Pero el mundo, que antes los había abandonado, los castiga por esa violencia. Y ellos responden reafirmándose más y con mayor violencia: todo es un círculo." Dice que antes pensaba que la solución estaba en inculcarles valores religiosos, pero ahora duda de que eso sea efectivo. Quirós la escucha y no piensa en lo que ella le dice. Es un hombre de pocas palabras, escasos pensamientos, un hombre de acción.