Diego Ameixeiras: Matarte lentamente




Unos se niegan a asumir su derrota, otros han decidido saltar al vacío. Todos confluyen en un mosaico de vidas que pelean por una verdad o por una venganza. Sobre ellos se ciernen las sombras de una ciudad, Santiago de Compostela, que aquí no es ninguna postal turística. Es miedo cotidiano, rabia y desesperanza. En Matarte lentamente, efectivamente, hay gente que mata o que desearía matar. Quizá porque sus vidas ya han saltado antes por los aires. Una pregunta: ¿Qué tienen en común una detective harta de su pareja, un alcohólico cuyo hijo sufre una grave enfermedad, una adolescente desorientada o una mujer que llega a la ciudad con el estómago lleno de cocaína? Una respuesta: su intemperie.

   Edita: Akal

Dennis Lehane y el Noir




Dice Lehane:

 El motivo por el que creo que escribo estas historias de género negro es porque el noir no deja de ser la tragedia de la clase trabajadora. La diferencia entre el género negro y Shakespeare es la altura desde donde caen los personajes. Un rey cae desde lo más alto. En el género negro el héroe se cae desde el bordillo. No es una gran caída, pero es igual de dolorosa.


En una entrevista realizada por Patricia Puentes y que podéis leer entera aquí. 

Entrevista con Justo Navarro

   


   Justo Navarro es uno de los mejores escritores españoles de la actualidad. Su obra es valiosa y precisa, caracterizada por una alta exigencia y un afán siempre cumplido de renovación. Que publique una novela negra es una noticia de alto valor para el género y para el que esto escribe, que siempre ha admirado a este escritor, hasta el punto de querer concienzudamente imitarlo hace muchos años, cuando Justo Navarro publicó Accidentes íntimos. Le conozco, además, y puedo asegurar que es una de esas personas de las que se aprende mucho cuando se las escucha con atención. Sus respuestas a mis preguntas son un buen ejemplo de lo que afirmo. 


   1.- Publicas una nueva novela, Gran Granada. ¿Por qué ese título?

  Más que a un lugar geográfico, se refiere a una capa social selecta, la Gran Granada de los principales de una ciudad en 1963, cualquier ciudad, el círculo de un solo sexo, masculino, de jefes militares y policiales, jueces, funcionarios, agricultores, industriales y profesionales, que dominan la vida social. Entre otras cosas más explosivas, una granada también es una fruta de granos unidos entre sí y separados en grupos por tabiques membranosos...

   2.- ¿Es una novela negra?

   Sí. Aquí compiten en negrura hasta la ley y el orden, y quizá ni siquiera sea verdad la solución que el policía propone a los crímenes que suceden en su Gran Granada.

   3.- ¿El investigador es atípico, o al menos podemos considerarlo un antihéroe, ¿verdad?

   Bueno, era un policía raro, ingeniero de telecomunicaciones en 1963, viejo y casi ciego, pero vidente como Tiresias: más allá del Estado Policía, adivina una ideal Sociedad Policía, basada en la vigilancia a través de pantallas y teléfonos...

   4.- ¿Por qué la memoria – la novela cuenta una historia que se desarrolla en 1963-, por qué Granada?

   Porque me interesa el presente y el futuro. Mirando hacia atrás, se ven los orígenes del presente: como si los vieras en el fondo de un cubo de agua. Te vas al pasado y haces ciencia-ficción que se cumplirá muchos años después, ahora mismo. Granada es lo que mejor conozco, donde fui niño y adolescente.

   5.- ¿Te atreverías con una novela negra ambientada en 2015?

   No sé si conozco bien mi presente, es decir, si puedo verlo con la suficiente distancia. Y hay cosas que directamente no conozco y que debería conocer. Por ejemplo, no tengo teléfono móvil. Podría escribir sobre alguien que, entre una multitud con teléfono, es el único que no tiene y busca un teléfono público...




   6.- ¿Cuáles son los autores negros que prefieres?

   Propongo un autor y una novela, para no caer en generalidades y pensando en ahora mismo: Charles Willeford, Miami Blues.

   7.- ¿Cuáles son los autores negros españoles que prefieres?

   Repito la operación: Carlos Pérez Merinero, Días de guardar.

   8.- Eres crítico, además de escritor. ¿Qué echas en falta en las novelas negras de la actualidad?

   Riesgo moral.

   9.- ¿Hay novelas negras que puedan ser consideradas de tanto valor como las novelas de Faulkner o las de Dostoievski?

   ¿Vale citar El proceso, de Kafka?

   10.- ¿Te interesa la edición digital de libros? ¿Publicarías directamente en formato Ebook?

   Sí. Varias de mis novelas están en Ebook.


                                                                                         Foto Justo Navarro: Julián Rojas / El País 

Francisco Ortiz:Los atrevidos

 


   La segunda novela dedicada a Luis Castillo, que protagonizó Última noche en Granada, saldrá en Amazon el próximo día 9 de mayo. Narra la historia de Marian, la hija de Antonio Broenado, jefe de Luis. Fue violada durante tres años por su tío, hermano de su padre, cuando apenas había cumplido los diez, y ahora quiere arrancarse el dolor y los malos recuerdos matando a su tío. Pero como no es capaz de llevar adelante la venganza por sí misma, ha pensado en el empleado de su padre para que sea su mano ejecutora.
   La novela saldrá a la venta con un precio de 1,24 euros y tiene 377 páginas.
  Quienes me conocen, quienes han leído antes mis libros o me han seguido en este blog pueden imaginarse -acertadamente- que es una novela negra y que si he optado por la publicación en formato digital es porque busco que la difusión de mis libros sea amplia y barata. He invertido tres años en escribir la novela, ha reposado donde creí necesario para valorar en silencio si merecía la pena lanzarla y, por fin, ya será vuestra, más que mía, si decidís acercaros a ella.

 
  Aquí tenéis el enlace. 
  

Diamela Eltit: Fuerzas especiales

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   En Fuerzas especiales, última novela de su autora, la protagonista es una joven de un barrio marginal que se prostituye en un cibercafé, en medio de una vida llena de desgracias familiares. «Voy al cíber a buscar en las pantallas mi comida. Todos se comen. Me comen a mí también.» El telón de fondo es un grupo de bloques sitiado por las fuerzas especiales de la policía. Pero, en un juego de palabras triste y a la vez desafiante, las «fuerzas especiales» del título son también las que se necesitan para resistir, para sobrevivir cuando se vive en los márgenes de la sociedad bajo tantas formas de represión y control.
La violencia y las marcas que deja en el cuerpo (también en el «cuerpo social») son habituales en las novelas de Eltit, quien construye este desasosegante texto sobre todo tipo de materiales de derribo: la brutalidad, los frustrados deseos familiares, las enfermedades, los asedios de la policía (cuya presencia es constante y hace vivir amedrentados a todos los habitantes). También es habitual en sus novelas una forma de lo obsceno que va más allá de su acepción sexual y se encarna, nunca mejor dicho, en lo horrible, en lo temible, en lo que se debe evitar o esconder. En este libro triste y oscuro, pero necesario, donde las voces populares construyen el relato de un modo casi bíblico, se castiga como en la realidad y como (precisamente) en el Antiguo Testamento: con total dureza.
Pero a pesar de que los desheredados de la tierra siempre lo serán, tratan también de sobrevivir dignamente (y de un modo muchas veces emocionante) en medio de un mundo con armas cada vez más sofisticadas, con nuevas formas de matar. Conviven entre sí, se sobreponen a su destino, nunca son indiferentes. Es más, según avanza la novela, la inteligencia y la lucidez de la protagonista nos hacen albergar alguna esperanza.

    «Diamela Eltit ha resistido, con éxito, las obligaciones del mercado, haciendo de la lectura una labor crítica del lenguaje, y del libro un instrumento conspirativo contra el orden dominante. Sus libros convierten la lectura en una sediciosa labor clandestina, de vocación anarquista, radicalidad estética y despojado estilo.» Julio Ortega


   Edita: Periférica