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Entrevista con Miguel Sanfeliu





1.- Es el tercer libro que publicas. ¿Qué supone ver publicado un tercer libro?

Poder ir publicando mis libros supone una gran satisfacción, como podrás imaginar. Siento que voy recorriendo el camino, que sigo adelante.

2.- ¿Qué recuerdo / valoración, algo distanciada ya, tienes de Anónimos, el primer libro?

“Anónimos” fue mi primer libro publicado, además con ilustraciones mías, así que le tengo un enorme cariño. Fue el primer paso y no podía haber soñado con una carta de presentación mejor.

3.-¿Y del más reciente, Los pequeños placeres?

Los pequeños placeres creo que delimita más claramente cuál es mi mundo narrativo, mis preocupaciones tanto temáticas como estilísticas.

4.-¿Qué se te quedó en el tintero para insistir con este nuevo libro de relatos?

Escribir, en mi opinión, es una necesidad, una forma de vida. Uno escribe porque no sabe vivir de otra manera. No creo que se escriba para comunicar algo concreto sino para explicarnos a nosotros mismos el mundo en que nos movemos, y me temo que esa es una tarea que no termina nunca.

5.-¿Eres sólo escritor de relatos?

Sólo se puede ser escritor o no serlo, independientemente del género en el que uno se mueva. Es más, el otro día leí un artículo en el que se decía que incluso se podía ser escritor sin haber escrito.

6.-¿Son malos tiempos para la novela? ¿Va más con nuestro tiempo escribir relatos que novelas?

No, en absoluto. Sólo tienes que mirar las listas de bestsellers. No verás libros de relatos en esas listas, desgraciadamente, y muchos merecerían estar ahí, por delante de algunas novelas que parecen cautivar a muchísimos lectores.

7.-¿Por qué ese título, Gente que nunca existió?

El título me lo inspiró una cita de la escritora norteamerica A. M. Homes, una cita que figura al principio del libro y en la que explica que escribir consiste en crear un mundo, crear gente que nunca existió. Y el caso es que esa gente ficticia, esos personajes, pueden tener una influencia decisiva en nosotros mismos, en nuestra forma de actuar, en nuestro carácter, ése es el poder de los personajes literarios.

8.-¿Quiénes te han influido para escribir estos relatos?

Mi lista de escritores de cabecera incluye autores como Tobias Wolff, Raymond Carver, John Fante, Paul Auster, Julian Barnes, Richard Ford, Medardo Fraile, Ignacio Aldecoa, Enrique Vila-Matas, Quim Monzó... Y un largo etcétera.

9.-¿Te molesta el auge del libro electrónico, Miguel?

No me molesta, creo que es algo inevitable. La tecnología va ganando terreno en todos los ámbitos. Otra cosa es que alguien acostumbrado al libro en papel lo sustituya por un libro electrónico. Tal vez como libro de consulta, pero es algo que a mí, por ejemplo, me resultaría muy difícil.

10.-¿Qué es un autor en el siglo XXI, en medio de la crisis que afecta al mundo en general y algunas artes en particular?

Un ciudadano más, intentando sobrevivir, como todos.

Entrevista con Herminia Luque Ortiz








1.- ¿Qué es lo más importante de Bitácora de Poseidón?

Lo más importante es que es, que existe como novela. No es un mecanoscrito en un cajón ni un documento en el ordenador…Existe para los lectores, bien en formato en libro tradicional, bien como e-book. Como decía Umberto Eco, lo único que escribe uno para así mismo es la lista de la compra….Hasta el poema más íntimo del adolescente pide a gritos ser leído por el profesor de literatura.

2.- ¿Es una novela de iniciación?


Sí, es lo que se llama un bildungsroman, una novela en la que un hombre joven (bueno, lo que se entiende por joven hoy: treinta y cinco años) tiene su primera experiencia amorosa real con una mujer real y busca su lugar en el mundo. Yo estoy fascinada con una novela de Flaubert, Noviembre, que narra ese desarrollo social e interior (no siempre positivo) de un joven tempestuosamente melancólico.

3.- ¿Cómo es el humor que hay en tu novela?


Es un humor irónico, distanciador…. La ironía es un arma literaria de doble filo pero, en general, suele ser menos dañina que en la vida real. Dirigida contra personas reales y en contextos determinados puede ser devastadora; en un texto literario suele ser fértil y creativa.

4.- Eres profesora. Conoces bien el mundo del que hablas. ¿Cómo te distanciaste de tus propias experiencias para escribir la novela?


Pues creando personajes ex nihilo, nuevos, sin identificaciones posibles con un personaje real que yo haya conocido. Son personajes que acumulan rasgos, características reales y posibles en una sociedad concreta, pero a los que no siquiera yo misma puedo poner rostro porque no sé quiénes son en realidad.

5.- ¿Te resultó muy difícil escribir sobre un personaje masculino en primera persona?


Bueno, era a la vez un reto y una necesidad. Yo detesto las novelas de sentimientos escritas para mujeres con sentimientos (generalmente por hombres sin sentimientos, si acaso el cinismo); novelas blandurronas, con personajes femeninos maravillosos, ya sea en la Córdoba califal o en la Estambul contemporánea, muchas veces sencillamente misóginas y manipuladoras.

6- Maldonado es memorable. ¿Cómo construiste este personaje tan logrado?


Fíjate, la novela se llamó Maldonado durante mucho tiempo, antes de su publicación. Es el elemento central y el resto de los personajes existen en función de sus necesidades y peripecias. En el fondo todos vemos la vida así, como perfectos ególatras, las cosas son importantes porque nos ocurren a nosotros

7.- El uso del idioma que haces en la novela es muy destacable, muy elogiable. ¿Es muy importante o sólo algo secundario?


El lenguaje es la razón de ser de “Bitácora de Poseidón”. Eso es lo que yo quería hacer, un artefacto literario, una obra sostenida por una búsqueda de la belleza formal, si bien el tema y las necesidades narrativas van imponiendo sus pautas y los materiales grotescos afloran aquí y acullá….No es una novela esteticista, al estilo de las Sonatas valleinclanescas, pero me hubiera gustado escribir algo así.

8.- ¿Cuáles son tus próximos proyectos de publicación?


La publicación…eso no depende de mí: los editores son seres caprichosos, arbitrarios, incognoscibles. Y con los proyectos de escritura, me estoy volviendo supersticiosa: cuanto más habla uno de un proyecto literario, más dificultades se encuentra en la ejecución…Me gustaría publicar mis libros de ensayo pero no hay editor que le eche un par de narices.

9- ¿Qué estás escribiendo ahora?


Es curioso cómo los proyectos literarios te llaman…Estaba escribiendo una novela y se me ha cruzado otra. No he tenido más remedio que seguir a ésta…Otras veces estás en una encrucijada y no sabes para dónde tirar…El trabajo creativo es así: tienes media docena de proyectos en la cabeza pero no sabes por qué en un momento determinado uno se vuelve más atractivo, más seductor; no puedes negarte a él.

10.-Eres también bloguera. ¿Qué tal tu experiencia en el mundo de los blogs?

Los blogs tiene una cualidad estupenda: la de poner en contacto a gente que tiene los mismos intereses. Por muy bicho raro que te sientas con tu biblioteca de tres mil volúmenes, siempre hay alguien que tiene otra de siete mil y cosas así. Es gratificante comprobar que hay gente que lee, que le gusta un libro que a ti también te ha gustado o le ve algo que a ti te ha pasado desapercibido.






Entrevista con Antonio Muñoz Molina

Esta entrevista surge a raíz de la relectura de "Beltenebros", cuya reseña tenéis en la anterior entrada de este blog. Conocí a Antonio Muñoz Molina en Almería, hace muchos años, y puedo afirmar que sigue siendo la misma persona buena y generosa que era entonces. Más sabio ahora, igual de atento y cumplidor con los amigos. Quienes habéis leído mi novela "Última noche en Granada" sabéis que tengo con este gran autor andaluz muchas deudas que solo se pagan con admiración y con aprecio. No hace demasiado, Muñoz Molina publicó otra novela memorable, "La noche de los tiempos", pero yo he pretendido volver al primer Muñoz Molina, al que nos deleitaba con relatos negros o seminegros, escritos con una prosa fascinante e hipnótica, sin parangón en nuestras letras últimas, no siempre bien entendidos, pese a que se ha escrito muchísimo sobre ellos. Aquí tenéis al escritor y al hombre cercano y sincero, sin pose y siempre humilde que reconoce influencias y reparte halagos como pocos escritores acostumbran a hacer cuando de hablar de compañeros de profesión se trata.


1.- ¿Cómo surge Beltenebros?
La novela nació de varios indicios, de unas cuantas imágenes en torno a las cuales fue cristalizando. Quizás el punto de partida más claro fue la lectura de un libro de Gregorio Morán, "Grandeza y Miseria del Partido Comunista de España", en la que se contaban dos historias que me impresionaron mucho: la de "Quiñones", un militante que reconstruyó el Partido en Madrid, en 1940, y al que la dirección en Moscú acusó de traición. Lo detuvieron, lo torturaron (la policía de Franco), y en la cama en la que agonizaba un médico, militante clandestino, le dijo al oído que acababa de ser expulsado del partido por traidor. Lo fusilaron sentado, porque no se tenía en pie. Otra historia era la de otro presunto traidor, Luis León Trilla, asesinado a navajazos en un descampado de Madrid en 1945, después de pasarse meses escondiéndose por igual de la policía de Franco y de sus excamaradas.

2.- ¿Cómo elegiste la voz narradora?
Como me pasa tantas veces, empecé en tercera persona, y al cabo de unas ochenta páginas tuve que volver al principio, porque no salía. Se me ocurrió la primera persona, y la frase con que empieza ahora la novela, que quizás es demasiado llamativa, no sé. Después resultó que se parecía al comienzo de una novela de Nicholas Blake, titulada en español "La bestia debe morir". Hice una tentativa de intercalar capítulos en tercera desde el punto de vista de otros personajes: la chica, la madre enloquecida, el perseguido, etc. No me salió, y creo que eso fue una desventaja.

3.- ¿De qué temas querías hablar con la novela?
Yo no tengo en la cabeza temas demasiado amplios o abstractos cuando me pongo a escribir. Mi imaginación es muy concreta, y no creo que las ideas generales sirvan para mucho en las novelas. Una cosa que me importaba contar era la paradoja de la lucha comunista en España, la mezcla de heroísmo indudable de quienes participaban en ella y de su oscurantismo ideológico, al menos en aquella generación que venía de la guerra. ¿Qué sabe de España alguien que ha vivido en Moscú desde 1939? También me intrigaba la psicología del traidor, del que actúa en la sombra contra aquellos que en otro tiempo fueron sus camaradas. El comisario Conesa, que había pasado de la policía republicana a la franquista, era un personaje turbio que me llamaba mucho la atención. Y luego estaba el deseo sexual masculino como mixtificación de una mujer a la que nunca llega a verse tal como es, tan sólo como una proyección algo fantástica, como en "Vértigo", película a la que creo que hay alguna referencia en la novela.

4.- ¿Qué mirada tienes, como autor, sobre tu propia novela a los veinte años de su publicación?
Ninguna. No he vuelto a mirarla. La veo a través de lo que me cuentan lectores que se acercan a ella. Y me gusta mucho, claro, que siga teniéndolos, y algunos entusiastas. Durante años me pareció que había perdido la oportunidad de escribir una novela verdaderamente buena, sólida y documentada sobre la lucha clandestina, el ambiente interno del P.C., etc, pero claro, en ese momento me faltaba madurez, y por otra parte ese no era mi propósito. Tuve mucho cuidado en que palabras como "Partido" "Comunismo" , "Franco", etc, no aparecieran. Quería construir una trama a la vez geométrica y nebulosa, como de aquellas novelas de espías de Le Carré antes de que se pusiera literario y barroco, "El espejo de los espías", por ejemplo, o "El espía que volvió del frío".

5.- ¿Te planteas volver a escribir una novela con temática policial o negra?
Siempre he pensado que alguna vez se me ocurrirá una trama perfecta, liviana, fantasmagórica, a la manera de Chesterton, o de algunos cuentos de Borges, con las dosis adecuadas de realidad y de irrealidad, etc.

6.- ¿Cuáles son tus novelas negras preferidas?
"El largo adiós" de Chandler, sin duda; "La llave de cristal", de Hammett; cualquiera de Maigret, y las cuatro o cinco de Durremmatt. P.D. James es como una Agatha Christie con orquesta y coros, pero me gusta la atmósfera de algunas de sus novelas, y la trama completa de una, "A Certain Justice". Si se pueden añadir antiguas, "La piedra lunar," de Wilkie Collins, que escuchaba de niño adaptada en serial de la radio. Las de Ripley, desde luego. Y las del comisario Brunetti, de Donna Leon, que están muy bien escritas y tramadas, y llenas de agudas observaciones sobre la corrupción italiana. Una novela japonesa que me recomendó Justo Navarro hace muchos años, "La llave maestra", no recuerdo a su autor, una mujer. Scott Turow crea tramas magníficas... Muchas de Ruth Rendell, con esa sordidez inglesa. A estos escandinavos innumerables de ahora no los he leído, aunque me dicen que hay varios muy buenos. Ah, casi se me olvidaba uno de mis preferidos absolutos, William Irish, alucinante siempre, nihilista, con todo el drama de la Gran Depresión. Menos mal que me he acordado. Y James M. Cain, claro.

7.- ¿Crees que hay novelas negras que pueden compararse a novelas de Faulkner o de Onetti?
Raymond Chandler desesperaba de que eso fuera posible. Las normas del género imponen limitaciones muy fuertes, pero no me parece imposible. ¿No es "Santuario" una gran novela negra?

8.- Sé que a ti también te gustaban las novelas de Ross Macdonald hace años, ¿o me equivoco?
Sí que me gustaba, mucho, aunque era demasiado deudor de Chandler, y una vez que encontró un esquema narrativo perfecto lo repitió novela tras novela: el cadáver sin identificar que conecta el presente y el pasado; el muerto que vuelve. Eso lo copié yo en parte en "Beatus Ille".

9.- ¿Qué novelas que no son negras pero tienen ingredientes del subgénero te han llamado la atención?
Tantas... Ciertos ingredientes de lo negro, por llamarlo así, son muy útiles en la literatura, o más ampliamente en cualquier relato, literario o visual. El esquema básico es tan poderoso, tan simbólico en sí mismo, el misterio de la muerte, la búsqueda de lo desconocido, la revelación que lo trastorna todo. Mira lo que hizo Umberto Eco en "El nombre de la rosa", o lo que hace Piglia.

10.- ¿Cuáles son tus películas preferidas de cine negro?
"Laura", "Perdición", las de Fritz Lang en América, "La noche se mueve," "El cartero siempre llama dos veces", "Body Heat", "Cara de Ángel", "Chinatown", "El cebo," de Ladislao Vajda, una obra maestra desconocida, "M"... "El Tercer Hombre"... La lista es muy larga. Creo que en el cine es donde el género ha alcanzado una maestría definitiva. ¡"Los Soprano"! Muchas francesas también. Las antiguas de Chabrol y Truffaut, y algunas extraordinariamente sólidas de ahora.




Foto: Álvaro García (El País)