Miguel Mena: "Días sin tregua" (9 ). Leer novelas de un tirón.

No lo hago jamás. Aunque sólo tenga la novela ochenta páginas. No me dejo llevar ciego por el argumento. Si lo hago, malo. Mena toca temas interesantes que permiten parar, ir a beberse un vaso de agua - o de cerveza - y volver: mientras tanto, puedes pensar, meditar sobre los temas que propone. Claro que hay quien se lee las novelas de un tirón y luego las relee: otra manera. Yo, a veces, como en la página de la niña disminuida, me quedo parado, como un fotograma en medio de otros dos. Tengo que levantarme, andar, pensar, comparar con mis experiencias, mis pensamientos. Y después vuelvo a leer. Me pasa igual con Juan Madrid, con Onetti, con Ross Macdonald, con Vázquez Montalbán, con Walter Mosley, con Robert B. Parker. Sé que la narrativa de género precisa de un ritmo ágil, de una historia que enganche, pero admiro a estos escritores que, además de eso, nos premian dándonos lo otro. Me gusta la literatura, pero no como simple evasión. Mis novelistas preferidos no sólo son escritores, acaban por convertirse en amigos ( aunque nunca los conozca ) e influyen en mi vida tanto como las personas que me rodean.