Marina Mayoral: Contra muerte y amor


Es una gran alegría, un gozo para los lectores poder acercarse a una librería en la actualidad y encontrar libros como éste, reeditado en bolsillo recientemente (Punto de lectura). "Contra muerte y amor" es una de la grandes novelas de nuestra literatura, está escrita por una autora viva y que sigue en activo, dándonos más frutos de su portentosa sensibilidad, de su inigualable aliento narrativo. Yo aconsejaría la lectura de esta novela para un largo verano o para las tardes de un imperturbable invierno. Porque es necesario concederle tiempo, no devorar alocadamente sus páginas. Poca novelas en lengua española han acertado de manera tan segura en la creación de personajes, pocas dejan una huella tan firme en nuestra memoria como ésta. Fernández, Esmeralda, Daniel son tres personajes que me recuerdan a los logros mayores del gran Miguel Delibes, de una pieza, creíbles, levantados con palabras y con hechos que siempre nos parecen verdad, que nos conmueven y nos tocan muy adentro, que levantan una existencia paralela que uno frecuenta y asume como algo necesario, importante, tan real o más que la propia vida que uno vive o ve desde las ventanas del alma.
La utilización de recursos muy elaborados y de cierta complejidad técnica en esta novela no es jamás gratuita, jamás exhibicionista, sino absolutamente necesaria para ir entendiendo mejor la historia, lo que une a varios personajes muy dispares, lo que los acerca y los aleja para siempre. Son recursos que parecen olvidados en nuestra actual novela y que fueron utilizados por autores que apostaban por el arte novelesco como conocimiento profundo del mundo y del ser humano, por inconformistas que buscaban la pluralidad en el discurso, la autenticidad y el riesgo. Marina Mayoral cuenta historias desde varias voces -sin abandonar nunca la tercera persona narrativa -, repite frases que marcan a los personajes como el leit motiv una composición musical, hace que el tiempo sea circular y avance y se detenga y se muerda la cola, inteligentemente nos muestra al hombre y al niño que fue a la vez cuando algún personaje se encuentra en una situación definitiva, utiliza el diálogo como arma y no sólo como contrapunto, inicia caminos y los deja a la mitad por un tiempo y los retoma y los hace crecer hasta donde ningún lector podía esperar.
Hay una trama que justifica la aparición de "Contra muerte y amor" en un blog dedicado a la novela negra, por supuesto. De la que no hablaré en esta ocasión, porque sería hacerle un flaco favor a este libro lleno de meandros, de confluencias y de apuntes al natural que crecen hasta ser cuadros perfectos y autónomos. Pero hay, por encima de todos los demás logros, una agudísima percepción psicológica para entrar en los personajes y mostrarlos y vivificarlos y alejarlos del cliché, de la estampa, del dibujo al carbón que sitúa a su autora entre los escritores verdaderamente grandes de nuestro tiempo y le permite a uno afirmar que estamos ante uno de los libros más importantes de los últimos tiempos, ante una obra maestra absoluta de nuestra letras, un festín literario al que todos estamos convocados y del que nadie saldrá con menor valía, sino gozoso y más sabio y más comprensivo y más humano.


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