Dennis Lehane: Desapareció una noche (3). Los males de nuestro tiempo


Pocas novelas he leído de las que pueda decir que su lectura me parece realmente adictiva. Ésta es una de ellas. No se cansa uno de pasar páginas, de acompañar a los personajes por casas, espacios abiertos y lugares imborrables. Lehane aborda algunos de los problemas más graves que pueden acechar a los niños de nuestro mundo, expuestos a la maldad de pederastas y de gente que cree quererlos mejor que nadie. Por supuesto, para el lector exquisito y culto este libro sólo pertenece a un género, es literatura menor, pero siempre que a mí mismo me empuja mi formación lectora a pensar de esa manera me digo que basta de tonterías, de autores que describen hasta agobiar y que cuentan sandeces lindas y perfumadas con tantas palabras malgastadas y fatuas que sólo sirven para alimentar egos y sensaciones extremadamente artificiales. Lehane nunca será un prosista mayor, pero tampoco le hace falta. Narra con una destreza soberbia, matiza con un dominio verdaderamente deslumbrante y sabe que una historia es, ante todo, una historia y que hay que saber contarla. No engaña Lehane, y además se atreve con temas reales, que tantos otros evitan, y no hace demagogia barata, no se pierde en fáciles concesiones, no maneja nuestros sentimientos para lograr reconocimiento y dinero. "Desapareció una noche" es una novela que está en la cima del género negro, valiente, original y profunda. Una novela para estos tiempos y que habla de estos tiempos, que no es mimética ni está pensada para un público devorador y nada pensante. Una novela muy recomendable.