Léo Malet: Calle de la Estación, 120

   


   Entretenida y bien escrita novela negra de un maestro francés poco leído en nuestro país y que trae del olvido la editorial Libros del Asteroide con tres recuperaciones interesantes, esta novela y dos más que no son un puro pasatiempos ni una pesarosa vuelta a lo mismo, ya que Malet era un escritor con ingenio y con las ideas claras: un anarquista que juntaba a su detective privado Nestor Burma con la policía pero solo para llegar al fondo de la investigación y valiéndose más de los funcionarios del orden que dejándose llevar por ellos, sana y alegre visión que hace de esta novelita breve y muy bien urdida un soplo de aire fresco en esta época de inspectores y detectives de homicidios tan poco creíbles, tan poco realistas. 
   Publicada en 1942, Calle de la Estación, 120 aún tiene demasiado apego a la resolución del caso mediante la capacidad deductiva casi sobrehumana de su protagonista, abusa de las casualidades y apunta a un final no muy sorprendente, pero tiene en su haber una prosa muy bien adjetivada que ya quisieran muchos autores de la actualidad, un ritmo rápido y nunca impostado, una acción y una ambientación -dos ciudades, una estación de tren, un villorrio, casas abandonadas- verosímiles e intrigantes y un personaje que nace en este libro con una fuerza tal que no es de extrañar que le durase al autor durante otros treinta  y dos títulos más. No sé por qué, me imagino a Malet como a un Baroja cautivado por la novela negra y dispuesto a dar su opinión sobre unas cuantas cosas de las que estaba muy bien enterado. Con ánimo festivo he leído quizá por eso esta estimable novela.