Las vidas de Celia, de Antonio Chavarrías

Creo que esta película merece la pena. Eso es lo primero que quiero decir. Las interpretaciones de Luis Tosar -uno de las más grandes actores españoles - , de Najwa Nimri y de Daniel Giménez Cacho valen el precio de la entrada. Chavarrías ha optado por mover mucho la cámara, por acercarla mucho al rostro de los personajes y por insertar poca música, lo que aleja a esta película del gran público y la acerca a lo que definiríamos como cine-arte, algo que no hay que tomarse a la ligera ni despreciar de plano sólo con saberlo. Hay una gran voluntad de estilo en esta historia hecha con fragmentos de la vida de una mujer, su marido, las hermanas de aquélla, el cuñado de aquélla y un policía. La cámara busca sus emociones y se olvida de lo que rodea a los personajes, quiere bucear en los rostros y nos lleva al fondo de algo que ha de estar a flor de piel para engancharnos y seducirnos, ya que se le exige al espectador algún esfuerzo, para qué esconderlo. Planos como el de la cara de Nawja en las vías del tren o los cuerpos de los amantes en una cama se nos quedan en la memoria fijos, enganchados sin dolor pero con gran acierto. Me parece que la película cae un poco desde su mitad y se acerca a una resolución policial en la segunda parte, lo que conduce a tomas de decisión discutibles y que le hacen perder la autenticidad del principio cuando empieza la trama a explicarse: parte del atractivo de su misterio se desvanece y se acerca a algo más convencional, esperado. Ahora bien, amigos, una trama criminal así contada, así filmada me parece muy destacable y muy recomendable. Yo diría que es una película muy literaria. Ya me contaréis.