Robert Wilson: Los asesinos ocultos (y 5). Crítica


Hay que ser ambicioso para escribir una novela de casi quinientas páginas. Hay que saber manejar trama y personajes con destreza. Hay que dominar ambientes, caracterizaciones, detalles. Robert Wilson, después de "Condenados al silencio" (comentada en este blog), se atreve con una novela en la que hay un atentado, sospechosos africanos, sospechosos sevillanos, policías y agentes del servicio secreto. Y malos tratos, corrupción, hasta un emergente partido político que no ama precisamente a los que vienen de Marruecos. Hay que ser un buen escritor para manejar muchos datos, para no mentirle al lector, para atraparlo durante tantas páginas. Wilson se vale de varios personajes y varios escenarios ya presentados en anteriores novelas y aborda temas absolutamente actuales pero no se pilla los dedos: apunta teorías, ideas, pero en ningún caso trata de ir más allá de donde la lógica puede llevarle, con lo que respeta así una regla que no suele ya respetarse en los best sellers: la credibilidad. Y es que Wilson también respeta al lector, no lo coge de la mano para llevarlo a lugares que al terminar la lectura del libro se nos olvidan sin más, sobre todo por culpa de un exceso de fantasía, como a tantos otros les ocurre. Wilson escribe para mucha gente y lo sabe, es consciente de sus limitaciones pero también de su bagaje y "Los asesinos ocultos" es, por tanto, algo más y mejor que un entretenimiento, nos deja a un personaje más perfilado y humanizado, el inspector Falcón, y una mirada crítica sobre los elementos que se usan para manipular y matar a los ciudadanos de un mundo cada vez más lleno de mentiras, manejos oscuros y hombres de paja. Es bueno saber un poco más de nuestro aquí y ahora, que nos lo cuente alguien con los ojos limpios y con actitud poco complaciente. Wilson no ha escrito su mejor novela, pero no me ha defraudado tampoco. Aunque sigo prefiriendo la anterior, no dudaría en recomendar la lectura de ésta. Apagad la radio, la televisión, y dejáos llevar por las frases, las imágenes, por el placer de leer. Cuando mengüe el sonido de tanto disparo enlatado empezaréis a disfrutar.


(Foto: Agencia Efe)