Jade, de William Friedkin

Este director nos dio la estimable Vivir y morir en Los Angeles. Esta película presenta un final que no es el típico ajuste de cuentas, la ley ganadora y el malo muy malo entregado a la justicia o muerto por la mano ejecutora de alguien que impide que el tipo vaya a la cárcel y salga libre después, etc. Hay una escena de acción con dos coches persiguiéndose muy meritoria, incluso en un momento de acción en el puerto (o junto a un río) parece que el coche respira, tiene vida propia, es como una bestia que anda y bufa y va a atacar y causar daños importantes a todo cuanto se ponga por delante. Es una escena memorable. El erotismo de Linda Fiorentino también es recordable, como los planos cercanos de su cara. La seriedad y el rigor de David Caruso también merecen destacarse. Y otro detalle más: hija de su época, la película tiene una serie de tics que la emparentan con otras parecidas y que tocan temas semejantes y con toques sensuales y de misterio parecidos. ¿Por qué ocurre esto? ¿A los guionistas les obsesionan una serie de temas que pululan cinematográfica o socialmente por el inconsciente colectivo de esa década? ¿Deja la película una fragancia permanente, como "Gilda" en su contexto, como "Rebeca"? Quizá no. Pero, siendo positivo, extraigo una idea común a algunas de las películas con las que está hermanada: una mujer que se libera, que se acuesta con quien quiere, que castiga al marido que le pone los cuernos poniéndolos ella, que es activa en la cama, que reconoce ser atrevida y ser la que manda. Sí, ya hay algo del reflejo de una época. Y el papel del hombre también queda retratado: pasivo o demasiado violento con ella, entregado o simple utilizador, sin término medio, si os fijáis. Sí, es una película para guardarla y volver a verla dentro de veinte años.