P. D. James. La sala del crimen

Leyendo "La sala del crimen", se llega a a la página 52 y se percata uno de que no ha habido crimen todavía, nada cruel ni ensangrentado, sino tan sólo un encuentro de dos amigos que van a visitar un museo. La capacidad envolvente de las atmósferas policiales que crea P. D. James es de sobras conocida, pero quizá menos su aptitud para hablarnos de otros temas.